Un año más, la romería de la Virgen del Arrabal fue todo un éxito. Y es que está pequeña romería, cuyo acto principal consisten en llevar a la ya mencionada virgen desde su ermita a la iglesia de San Juan, es emotiva a la vez que colirida gracias a los danzantes de la villa y por supuesto, a los 20 pendones y pendonetas aproximadamente que asistieron y le hicieron el pasillo a la imagen de la virgen.
Una vez que la imagen estaba dentro de la iglesia, podemos disfrutar el baile de los danzantes, acompañados como no de los guirrios, que se dedicaron a hacer perrerías al público expectante. Para finalizar la mañana, hubo una pequeña exhibición de pendones acompañado por el sonido de las dulzainas y el tambor. Rocío y yo nos bailamos una jota portando el pendón de Matilla jejeje! Tenemos el sistema muy perfeccionado!
Ya por la tarde, una vez que terminó el rosario en honor a la virgen, hubo otra exhibición en medio del mercado medieval. En este caso los pendones que lo llevaron a cabo fueron el de Jiménez de Jamuz, el de Quintana de Marco y el Villarrabines.
Este año además, contó con la presencia de una exhibición de los artesanos de Velilla de la Reina y una demostración de Alfarería de Jiménez de Jamuz. He de decir que le hice un cenicero para Carmen, y Javi hizo una especie de cazuela, aunque el pobre Jaime tuvo que rematar tanto uno como lo otro. Al final, nos vinimos para casa con el cenicero, la cazuela y una hucha superchula.
El cansancio del día mereció la pena.